¿Porqué necesitamos ser probados como por fuego?
Cristianos: ¿Porqué necesitamos ser probados por fuego?
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. (1 Pedro 4:12-14)

"Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo" (1 Pedro 1:7)
El juicio en el tribunal de Cristo sucederá al final de esta era, en los aires, en Su parusía (Advenimiento glorioso de Jesús al final de los tiempos), Cuando Él venga a juzgar a los hijos de Dios (1 Tes. 4:16-17; 2 Cor. 5:10). El juicio del Señor será según la obra de cada uno, que incluye la vida, la conducta y el servicio de cada hijo de Dios; unos serán recompensados y otros, disciplinados (Mat. 16:27, 25:19-30).
La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. (1 corintios 3:13-15)
Aunque tengamos la vida divina en nuestro espíritu, las impurezas de nuestra alma necesitan ser removidas, y para eso tenemos que pasar por muchos sufrimientos. En su primera epístola el apóstol Pedro habla que para que obtengamos la salvación completa, necesitamos ser probados por el fuego (1 Pedro 1:7).
El oro, para ser purificado es colocado en un crisol. A medida que la temperatura aumenta, el oro es más purificado. Cuando alcanza la temperatura de mil cien grados, por tener un peso específico mayor, el oro baja, y las demás sustancias contenidas en él suben y pueden ser removidas. Sin embargo, hay algunas sustancias que no suben a la superficie con facilidad y por eso el oro necesita ser sometido a una temperatura aún más alta. Nosotros, a semejanza del oro, necesitamos pasar por ese proceso para que seamos realmente puros. En 1 Pedro 4:12 se dice que no debemos sorprendernos del fuego de prueba que nos sobreviene o pensar que es algo extraño. El fuego es algo normal en la vida cristiana, y todos nosotros pasaremos por él. Si no hubiere el quemar del fuego, las cosas naturales aún permanecerán en nuestro ser.
La meta de la purificación descrita en la Primera Epístola de Pedro es que lleguemos a ser como el oro puro. La vida de Dios trabajada hacia dentro de nosotros hace que todas las cosas negativas sean retiradas cuando estamos en medio del fuego. No sabemos la intensidad de ese fuego, ni siquiera cuantas impurezas ya fueron eliminadas de nuestro ser, pero creemos que buena parte de nosotros, por lo menos, el cincuenta por ciento de las cosas naturales ya fueron removidas. Podemos estimar ese porcentaje porque hemos aprendido muchas lecciones que traen consigo aquello que es más precioso que el oro perecedero, la vida de Dios. El libro de Génesis menciona el oro bueno (2:12).
En Ezequiel 1 ese oro equivale al material metálico, que es el electro. Al final ese oro va a llegar a ser el oro de la Nueva Jerusalén, que es transparente. De la misma manera, Dios quiere trabajar en nosotros a tal punto que los elementos de nuestra vieja vida: los viejos conceptos, el viejo vivir, las viejas maneras y los viejos hábitos, sean eliminados de nosotros y lleguemos a ser totalmente transparentes. Una vez juzgados de esa manera, obtendremos alabanza, gloria y honra (1 Pedro 1:7), es decir, reinaremos en una alta posición con el Señor.
Así que el fuego purifica. Al Pegarle fuego al oro, si ennegrece, es que no es oro. Si aguanta, lo es. Reiterando que si solo el oro se calienta hasta 1.063 °C, se convierte en líquido. Se produce un cambio de estado. Así se puede echar en moldes que tengan diversas formas y tomarlas, perfectas, lucientes y apreciables. Luego, si se deja enfriar, pasando la prueba y la purificación se convierte de nuevo en oro sólido, semejante a la vida nueva que ofrece Dios por medio de su Hijo amado. Solo purificados y santos podremos contemplar al Señor eternamente, su presencia.
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Hebreos 12:14
Que difícil pero será bien recompensado, no es fácil llevar la paz aún con tu enemigo, cuando a tu parecer y proceder bueno eres juzgado por él, pero a su tiempo cada quien recibirá su pago. ¿Que hizo Judas cuando traicionó a Jesús, como te hubieras sentido si hubieras estado en el lugar de Jesús cuando le entregó?
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos (ve la tabla periódica) ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 2 Pedro 3:10

Así que la tierra será también pasada por este fuego y purificada para recibir a Dios y a la nueva Jerusalén como una esposa ataviada (engalanada) para su marido. (Apocalipsis 21).
Lo que el fuego hará sobre la tierra, es un proceso de purificación. El mundo pereció en los días de Noé, "anegado en aguas" (2 Pedro 3:6), de igual manera, la tierra será purificada nuevamente, ahora será por medio del fuego. La tierra siguió existiendo después del diluvio, también existirá después del día del juicio por fuego, porque dice: "Nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Pedro 3:13). La tierra no será destruida sino purificada.
Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. Isaías 35:8 ¡Aleluya!

